viernes, 23 de noviembre de 2018

Los juegos de Didac no necesariamente son con juguetes, la mayor parte del tiempo no lo son. Hace unos días yo terminaba de tender la ropa mientras él corría con Tila en en jardín. Mi actividad captó su atención y quiso ayudarme. Quería poner jabón. Le dije que sí, pero que los lavarropas, igual que las neveras, pueden dar "rampa" si se tocan descalzos y con los pies mojados. "pero no estoy mojado, mami". El barro es tierra con agua. Desapareció dentro de casa y no supe si había desistido, se acuerda bien lo que es una rampa. Pero a los res minutos volvió con una zapatilla de abrojos puesta. "ya está!" Necesitarías la otra también, le informé...por que la electricidad puede pasar por el pié descalzo. Reapreció al ratito con las dos puestas. Ahora si, acercamos una silla, agregó jabon en el compartimiento adecuado, una gota en los inadecuados, y jugó diez minutos abriendo y cerrando la tapa.
No dije un solo no, y él aprendió un montón de cosas. Los no, las instrucciones, el no respetar su deseo de jugar,de observar, de imitar, hubiera sid un desperdicio de oportunidades y en cierta forma, arbitrario de mi parte. El límite no lo pongo yo,si no el mundo que nos rodea. Y a partir de ahi, lo que cada uno quiera. No es un límite para mi que ande descalzo en la tierra mojada, ni que se ponga las zapatillas con los pies sucios. Quizás para otros si lo sea y también exista una explicación interesante de por que no. LO que si veo claro es que el no tajante, por si solo, no aporta nada salvo la sensación de incomprensión y el desgaste de una relación.

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