viernes, 1 de diciembre de 2023

Salamanca, vacaciones y taller en el aula de Dídac

 Este año, como el pasado, hice un esfuerzo en busca de inspiración para mi actividad profesional, y me moví a la península a un congreso. El año pasado las jornadas en Valencia me dejaron más que satisfecha. Y que Jordi viniera y pasar dos días y una noche, con comida mexicana incluida, también. Una fugaz pero encantadora experiencia de revivir noviazgo pre-maternidad. Esta vez alargamos la apuesta un día. Yo estuve de miércoles a viernes, y Jordi conmigo de viernes a domingo. Los peques se quedaron con Coia la mar de contentos. EL sábado fueron a  S'Estret, aunque Dídac protestaba por quedarse en el Palma navideño y firar más y más... El domingo se fueron junto al tió Jaume y primos, al concierto del Pot Petit. Y nosotros regresando después de un muy ameno fin de semana de parejita y arrumacos.

La semana siguiente me la tomé enterita de vacaciones "hogareñas". Aproveché a acompañar a Dïdac alc ole y a Amèlia hasta la furgo con Jordi. A leer un rato, merendar un pamboli torrradet al solecito otoñal, a dibujar, acuarelear, tomar algo con Isa, proseguir -apenas- alguno de mis veinte proyectos inclonclusos, y, como ahora, escribir un poco. También aproveché alguna tarde para ir a buscar a Amélia, otra tarde para reunirnos con familias esporlerinas activistas antipantallas. El lunes a la tarde ibamos ir al huerto de Ses Milanes a pintar postalitas, pero Dídac se sintió mal de la barriga y yo me quedé con él mientras JOrdi iba a Bunyola. Cuando el pichón se sintió mejor, quisimos hacer postales también, y se me ocurríó probar una técnica de "grabado". Ayudada a escondidas por una maestra de primaria argentina-youtuber (allá tenemos especialista de artes plásticas en Educación Primaria), descubrí una forma muy sencilla, con goma eva y boli. Dídac dibujó un Rodolfo arrastrando un trineo, un arbolito.. Dibuja muy bien, con detalle, con imaginación.. Y de ahi.. me vino la idea de hacer un pequeño taller en su aula. Cati es muy accesible con estas incursiones de "talleres" caseros, y rápidamente me cedió el hueco del viernes después de inglés. Y alli fuimos, yo con una bolsa de cartulineas, gomas-eva  y esponjas recortadas y un montón de ilusión. 

Primero nos sentamos en un círculo, y les pregunté si festejaban la navidad. Pregunté por los regalos, que pedirían si pudieran pedir algo muy muy caro y algo que no costara dinero, y las respuestas se solaparon. pregunté y charlamos sobre que pasaría si los Reyes por error les dejara todos los regalos a un niño, y si ese niño fueran ellos. Pregunté como pensaban que funcionaba la fabrica de regalos de los duendes, sobre el trabajo en equipo... Todos opinaron que los equipos se ayudan, no se pelean.

Después mientras pintaban fui como un picaflor de mesa aclarando dudas y siempre seguida por 2 o 3 criaturas que me mostraban y pedían cosas. Pura energía curiosa y participativa, bellísima. Me sorprendieron algunos nenes con dificultades en dibujar cosas sencillas como un arbolito, lo que refuerza mi constante consejo de que no pinten dibujos fotocopiados.  Me sorprendió, ( o no tanto, ya que Dídac suele comentarlo) el método sencillo de Cati para aplacar las inquietudes y pedir colaboración, basado en gritos y refunfuños salpicados de advertencias. Pero por mi parte, la agradezco la amabilidad de dejarme meter en su santuario infantil.

Dídac disfrutó como un enano. Saltaba de la alegría. Se enorgullecía de mi y de él mismo. Me dijo literalmente dos cosas bonitas "eres muy simpática" y "deberías enseñar algo". Y me dijo que se sintió "como un ayudante", porque agregaba explicaciones durante la parte práctica, con gran seguridad y paciencia. Agregó por ejemplo, el útil detalle de que si escribían, las letras se verían al revés.

¿Por qué me meto en berenjenales? Para aprovechar esta etapa en la que mi hijo me abre las puertas de su día a día, me quiere en él, me incluye con alegría. Ojalá siga siempre así, pero soy cnciente de que probablemente en 2 o 3 años, con suerte, sobrevendrá una adolescencia deseosa de autonomía e intimidad.

Encuentros antipantallas

Amèlia y la escuela bosque

 Historias cotidianas

Mini vacaciones en Llançà

Gracias a la invitación de Frede y Mónica nos hemos ido unos días a Girona, a la casita que ellos tienen como segunda residencia en Llancá. Era la primera vez que íbamos pero no esperábamos menos en cuánto a la belleza del lugar. La costa Brava es bella, cálida. La pasamos fabuloso. Nos recibieron con Morits contento en su balcón  y un rico pastel de papas preparado por Mónica, por consejo de su amiga argentina para agasajarnos. La crónica de los tres dias está ampliamente recogida en el diario de viaje- que es el mismo diario de 2023. Incluye detallados dibujos de Dïdac sobre los eventos y aventuras. Lo más sorprendentes fue la coincidencia de ha Didac se le cayera un diente, cuando justamente se habían maravillado al llegar con la preciosa artesanía de un vecino de la misma finca, en "Pintxo",  una casita de Ratoncito Perez en su terraza, con canastita y todo. Ahi fue a dejar Didac su diente, aun a conciencia de los entretelones del ratoncito Perez, y recibió junto a Amélia contento las bolsitas de chuches que le devolvieron. 

Los días aun estaban soleados y hasta yo, con lo friolera que soy, me atreví a un baño nudista por esas calas de agua turquesa.

Otra historia con dibujos fue la visita al refugio de tortugas, y la escapada a Francia a comernos una rica crep. 

Unos días bellos con amigos bellísimos.

martes, 7 de noviembre de 2023

Amélia: "viste mamá que he dicho prueba y no proba".. me tendré que despedir de algunas hermosas expresiones infantiles, que muy a mi pesar voy ayudando a dejar atrás. Por suerte aun me quedan otras, como la del "amagatorio", la "olga"-alga,  la "gateria2 en lugar de bateria, y unos cuántos del tipo ¿ya imos (fuimos)? y de las que más me hacen gracia "mira ese pájaro como vola"



domingo, 23 de julio de 2023

Cuentos en la noche

 Que no se os olvide popotitos, que aun con mucho cansancio papá y mamá os cuentas historias por la noche. Papá suele acostarse en medio de los dos, en la cama de abajo, y leer no o más cuentos con dibujos. A veces haciendo caso  omiso a las normas de horario que intentamos poner (es decir, despúes de las 22hs no hay cuento.. después de las 22:15 no hay cuento...)

Mamá a veces leer pero, como intenta cumplir la norma de horario o al menos no estirarla más, suelo apagar la luz, y desde un costadito, cuento un cuento de memoria y/o, canto canciones de ir a dormir. Los cuentos más pedidos por Amèlia ahora son "los de cuando eras pequeña", sobre todo una historia de cuando iba al jardín de infante s y me encontré un coche de colección. Dídac le gusta mi cuento de "el ´roble y el manzano", y los dos también me piden el del pajarito, un pichón mas pequeño que sus hermanos que tarda más en salir a volar. Las canciones que canto son, para Dídac fijo "María Santana" y a Amelia le gusta también, aunque también la se estrellita, estrella de la mañana.. Y últimamente he incorporado, ay lunita tucumana. 

Pienso que mi voz, que siempre me pareció bonita pero tan poco potente, que canta mejor cuanto mas bajito es el tono.. parece preparada precisamente para cantar nanas. Y lo quiero provechar todo lo que pueda.



Post opo, lenguaje de Amèlia y pobre lucha por la lengua

 Que suerte estar libre de estudiar forzadamente, de estudiar datos insulsos. El examen me fue tan bien.. 6to lugar en notas provisionales, de 35 personas mas o menos.. pero que pena, sin expectativas de sacar alguna de las 10 plazas disponibles, que no harían mas que regularizar mi injusta situación administrativa. Sin expectativas porque los "puntos" por haber hecho la residencia fuera de España me penalizan demasiado. Que pena, sobre todo me angustia la idea de tener que volver a estar a merced de cuando se les ocurra nuevas convocatorias, obligadas, desesperanzadas, y teniendo que sacrificar mi tiempo de descanso, de  familia, de autocuidado. Con este sistema, que poco cuidadas nos sentimos las que cuidamos.

Pero de momento, vuelvo a tener mis tardes y mis fines de semana. Para hacer planes fuera de casa o bien, para quedarnos haciendo planes en casa. Admito que son muchas veces de mi preferencia, y también muchas veces de Dídac y Amélia, que montan sin parar sus mundos imaginarios, que brotan a borbotones. JUgamos con ellos y sobre todo miramos en respuesta a los numerosisimos "mamá mira", pero poco a poco se van absorbiendo en esas negociaciones de como transcurre la historia en juego, de que dice o hace cada personajes. 

Una cosa bonita que he notado es que Amélia está ya en el mismo nivel de "conducción" del juego que el hermano, y muchas veces es ella quien dirige, asi como otras Dídac u otras alternados. Esta nena está creciendo mucho y muy bien, es su cuerpito ágil y esbelto, movedizo y risueño. Y también en su cabecita, cada vez más decidida, mas segura, disfrutando de "ser grande" en la autonomía pequeña y hermosa de sacar la leche de la nevera y servirse un vaso. También orgullosa de su forma de expresarte, te repite quizás un ratito tres o cuatro veces la frase "me refiero a.." hasta que le expresas admiración por lo lindo que habar y ella ríe.. También orgullosa de su mallorquín, tan bien instalado ya, corrigiéndome mi pronunciación cuando oso invadir su terreno lingüístico defectuosamente.

Por cierto, este mes he tenido un subidón y bajón de mallorquinismo. Me había decidido a obligar a Jordi a hablarme catalán, y él aceptó, movilizada por  mi asistencia al consell escoalr donde soy la única castellanoparlante. Pero en un menos de una semana de la experiencia, me pinché. Asumo que es una chiquilinada de mi parte.. pero Dídac me corrigió mi "on anam" de forma tan despectiva que me amilané.. y al día siguiente hubo un suceso que me quitó las ganas de seguir con el teatrillo. Y es que me enteré que la encuesta que hice (con mucho esfuerzo y alguna ayuda) para valorar la gestión de las chromebooks en las familias ( y poner en entredicho la forma en que se maneja ese tema en la escuela.. valorar temas para charlas,, etc..), desde la AFA (lease Suyapa y Magdalena, Isa no sabía) sin comentarme nada se decidió enviar a las familias únicamente la versión en catalán. Suyapa lo comentó al pasar con Jordi, y él no me dijo nada, no le dio mayor importancia. Lo he hablado con Suyapa y me ha explicado que  lo han decidido así porque es la lengua vehicular de la AFA. Le he pedido que ya pasadas 3 semanas de que se envió, y con las pocas respuestas recibidas (unas 40 de mas de 200 familias), se enviara también la otra versión para facilitar contestar a familias mas "perezosas", pero insiste en que es igual, porque de todos modos siempre contestan pocas familias. No he discutido mas, solo me he desmotivado para mejorar mi incursión lingüística. Por puro enfado. Creo que se mezclan las cosas. Si uno quiere hablar catalán con la gente catalanoparlante no es fácil. En el día a día todo es facilitarte el castellano, no hay oferta de horas de intercambio ni otras formas de acercarnos a la lengua a los forasteros. No veo que hagan esfuerzos de ayudarte a superar la timidez de hacer tanto teatro. No veo iniciativas por la lengua, al menos en este pueblo. Muy pobre.. Pero basta que alguien tome una iniciativa distinta, que tiene que ver con intervenir en otra causa, para que utilice esa otra causa, esa otro acercamiento a la gente, para montar encima su propia lucha y hacerles llegar su mensaje "aquí la lengua vehicular es ésta", cosa que ya se sabe.  No importa si menoscaba la iniciativa o la causa sobre la que se está montando. Yo apoyo la causa de la lengua, pero así ..no. De momento perdieron una activista. 



jueves, 18 de mayo de 2023

El contador de historias y la nadadora rosa

En el cumpleaños de Carol número 40, sentado piés con piés con Gael, con las piernas estiradas uno frente a otros, frotándose sin pensar los dedos, mientras Dídac contaba absorto la historia, Gael la escuchaba absorto. Dídac contaba la historia con seriedad se abuelo, como si la conociera de hacía siglos. Hacia dos o tres días se la había contado yo, debajo del naranjo, mientras descansábamos un rato después del cole. La historia de aquel pueblo chino que había matado a todas las abejas, y había tenido que hacer el trabajo" muy cansador y muy importante" que hacen las abejas pasando el polen de una flor a otra, para que pudieran polinizarse y sacar frutos. Y tiempo después, se fueron a otros pueblos a buscar abejas. Una historia verdadera que le llenó evidentemente de asombro.

Este cumple duró dos días, ya que nos quedamos a dormir en el "hipocampo". Amèlia también se la pasó muy bien, atabiada con un vestido lentejuelas color salmón (que vino a parar a casa de los traspasos de ropa que hace Suyapa). COn su vestido de fiesta y zapatillas de trekking ha estado maravillosa. Le llama la atención lo brillante y lo femenino, y yo me esmero en no desmerecerlo ni tampoco alabarlo por demás, (ella simplemente siempre está linda)  pero aun así noto que desde algún sitio le llega ese desprecio por lo "de niña" cuando de vez en cuando suelta ambivalente.."a mi no me gusta el rosa, me gustan todos los colores", o dice "el rosa no es mi color favorito" mientras se fascina con alguna muñeca, camiseta o lo que sea... rosísimo. Y yo ahí le digo que el mío tampoco, pero que me encanta.

Amèlia, mientas Dïdac contaba su historia, se bañaba en la piscina con el papá. Ella es un poco más acuática, apenitas,  aunque creo que va tan cautelosa contagiada por la aprensión del hermano. 

Este mes empezaron natación los dos. Jordi los lleva el sábado a la mañana a la UIB, y tienen una clase de principiantes exclusiva para los dos. Vienen contentos, con algún llanto de por medio. Intentan no mojarse la cara, pero les gustan los churros flotadores, las casitas, y todos los artilugios con que los tientan a flotar y amigarse con el agua. Yo mientras tanto estudio para las oposiciones de junio, intentando estar presente en los momentitos "de estar por casa" a cosa de perderme "los planes", pero bueno, no todos.



sábado, 15 de abril de 2023

Homeschooling

Me he despertado a las 7am de este domingo dándole vueltas a la conversación en el parque con una mami del pueblo que tiene a sus dos hijos en régimen de homeschooling a cargo del padre, titulado en historia y con mucha experiencia en educación. Me preguntó Elena si a mi me hubiera gustado hacerlo de esta manera, y le dije que quizás si, pero que creía que esto hubiera potenciado mis vetas sobreprotectoras. Y en la somnolencia de la mañana he profundizado en esta respuesta automática y me he formado una opinión. Creo que el homeschooling -o educar en casa a piaccere- puede ser un sistema inmejorable sobre todo en un caso como éste, al parecer óptimo en todo. Siempre puede haber gente inepta intentando hacer lo que no sabe, o aplicando un método sin desearlo ni entenderlo por motivos ajenos a la propia educación de sus hijos, o la negligencia pura y dura. Pero pongámonos en un caso óptimo, creo que es inmejorable en lo que a la enseñanza se refiere. Profesor personalizado, que conoce y respeta tu ritmo de aprendizaje, que estimula tus habilidades y fortalece tus dificultades, que amplia todo lo posible aquello que te da curiosidad, que por sobre todo todo te quiere y tiene un interés genuino en tu crecimiento y desarrollo, y que pone a tu disposición todas las herramientas a su alcance. No hay manera de equiparar eso en un cole mi en ningún proyecto compartido.

Pero me paro a pensar en todo lo demás que aporta el cole. No lo académico, sino el lanzar al mundo al niño fuera del ala protectora de la mami o el papi. Las horas pasadas cada día en "un mundo extraño" que el niño tiene que aprender a manejar y manejarse. Lo comunitario, lo diferente, lo hostil, inclusive. Las pequeñas frustraciones, los desafíos, las sorpresas. La exploración del mundo ahí afuera, que les empuja a afrontar, a tener que acomodarse, adaptarse, encontrarse a si mismos en ese lugar tan grande y ajeno. Cuántos miles de matices cada día, lleno de imperfecciones que sortear, pero también de experiencias que vivir y curiosear, afuera de la madriguera. Un compañero que ha intentado colarse en la fila, el miedo a que se rían de su dibujo, una monitora que grita, la maestra felicita al niño de al lado, mañana comienza una niña nueva que no habla nuestros idiomas, Madie casi se cae de las escaleras, una niña me ha dicho que le gusto, cuando suena la música hay que recoger los juguetes corriendo, a algunos las mamás les ponen chocolate en la merienda, ese que me molesta a veces quiere ser mi amigo pero no puedo ser su amigo porque me molesta, e robado un puñado de slime-arena...

Por muy bien que lo hubiera hecho en casa dejándoles aprender a su ritmo y libres de las trabas del currículo de miras estrechas, por mucho que le hubiera abierto las puertas del conocimiento de esa forma tan maravillosa, no hubiera podido ofrecerles en casa ninguna de esas experiencias, porque dependen justamente del hecho de salir de casa, de alejarse y de explorar, de explorarse a si mismos.

No deseo que las adversidades sean muchas ni graves, desde luego, pero en la gama de experiencias que creo que es saludable y enriquecedor que vivan, espero que las adversidades vayan así, de menos a más, como todo en la vida y dando a tiempo a fortalecerles, no solo por aguantarlas, sino por pensarlas, por hablarlas. Y ahí si creo que viene un trabajo imprescindible de casa, de acompañarles de forma atenta. No se acaba la experiencia de la escuela en la escuela, sino al volver a casa, todo lo que sacan de eso, todo lo que comentan, con más o menos detalle, en el momento menos pensado, no cuando les pregunto, sino cuando surge. Ahí es donde se orienta, se pule, se alerta, se modula la creencia y la identidad, se ayuda a dar forma a la manera de interpretar la realidad. Escuchando lo que nos cuentan, reflexionando juntos las soluciones. Y escuchando también las historias bonitas, los descubrimientos, los hallazgos, los planes de los que nosotros no somos parte, que disfrutan de contar para sorprendernos, porque son suyos en el cole, pero también formamos parte desde casa.





Vacaciones caravaneras

 

Dídac

Una horita de ordenador.



Amèlia

"Eres para mi", asertividad.



Dialogo

Consell escolar

Trocito de mi..

  1. El temperamento de Amélia