viernes, 23 de noviembre de 2018

Tardes de lunes a miercoles




Dídac llega del cole en el bosque, lo estoy esperando para comer. Aunque él se lleva la comida en un tupper suele comer poquito o no come (al menos lo suyo)  con lo cual siempre lo pregunto si me acompaña a comer. Suelo tener a Amelia aúpa o en el portabebe, asi está tranquila y me puedo dedicar a él. Dídac no quiere comer, quiere jugar.  Pero igual hay que lavarle las manos. Hay que cambiarle la ropa.Se resiste , jugando, y me cansa. Le pregunto cómo le fue, que hizo, quiénes fueron hoy.  Cuenta un poco. Mientras él busca con que jugar y juega, yo como rápidamente y lo sigo a donde sea que se haya ido, lo acompaño en su juego. A lo largo de la tarde surgen algunas pequeños conflictos.. cosas que quiero que haga y él no (cómo ponerse calzarse y vestirse) o cosas que él quiere hacer y yo prefiero que no. Me canso. Últimamente me da la impresión, sobre todo hacia el final de la tarde, que hace cosas a propósito para hacerme enojar. Antes, cuando me veía enojada se frenaba compungido, ahora lo veo riendo mientras me muerde o me tira de la ropa o le pega a un cristal o le tira a Tila de las orejas. Le ofrezco salir cuando lo veo inquieto, demasiado inquieto, pero salir yo sola con dos críos es mucho trajín, las últimas experiencias fueron agotadoras... no insisto mucho.

Me doy cuenta de que esas cuatro o cinco horas que paso con Dídac y Amèlia no las estoy, o estaba, disfrutando del todo. Al ir acabando la tarde esperaba con ansia que llegara Jordi. Me disgustaba que llegara un poco tarde. Por la noche me sentía ofuscada.  Qué pasa, por qué este agobio? No me olvido de que este es un tiempo tiempo precioso con mis hijos... y tengo tiempo, puedo jugar sin preocuparme de nada más. ¿Porque me siento asi ? no dejo de contarle a todo el mundo lo difícil que es, pero es realmente tan difícil, o lo estoy enfocando mal?  Dídac hace travesuras o o quiere atención, pero ríe toda la tarde. Tiene ganas de reir, de jugar, de estar conmigo. Que más puedo pedir? ¿ porque no puedo reírme yo también con él toda la tarde?

Probando probando, meditando, respirando paz en el bosque, en su bosque. Cambié mi actitud hace unos días. Parecido, pero no lo mismo. Y me siento mucho mejor.

Dídac  llega del cole del bosque y  yo ya he comido. Antes de abrir la puerta dejo a la bebé,  dormida en la cuna, un ratito aguantará… A Dídac no lo dejo pasar del living apenas, pero no lo atosigo con preguntas. No le pido nada, No le indico nada, Le hago mil cosquillas, le digo que lo inflo por el ombligo, el conejito le habla con voces esperpénticas en un idioma extraño, y él no para de reír. Mínimo media hora y después descanso, aunque estamos ambos radiantes. Si luego hace pipi, aprovecho a sacarle los pantalones sucios. Él también se saca los calzoncillos, los calcetines, quiere andar así por casa...  bueno, si no tienes frío. Desarmo su mochila, pongo comida en la mesa bajita sin decir nada (la misma comida del tupper si está decente). Un día come, otro no. Confío que si tiene hambre comerá. Confío que si tiene frío se abrigará.  Confío que si quiere jugar ante todo, es eso es lo que más necesita. Cuándo cambio el pañal de Amèlia, viene y juega a lavarse los dientes. O mejor dicho, se lava los dientes jugando. Prueba un, dos, tres dentífricos. el blanco, el de caléndula, un poco el nuestro. Saca un poco demasiado. y me mira entre divertido y desafiante. Sonrío. Estira mucho hilo dental y ensaya pasarselo, saca más y más. Lo agarro, lo corto, lo cierro y le digo, uy, veo que te gustó este hilo. Nada más. Le dejó jugar hasta que se cansa, y mientras le hago caras y arrumacos a Amèlia. Busca otro juego, y otro. Río, reimos.  Por la tarde, un día se extiende la merienda cantando al ritmo de la silla mecedora, con un hijo en cada pierna sentado. Otro dia, el juego de Dídac con sus trenes se ha vuelto tan introvertido, concentrado, que casi se olvida de mí presencia. Me siento en el sofá cerquita suyo, descanso, leo un poco, estoy pendiente. Noto que mi pequeño cambio voluntario repercute mucho en él y aun más en mi. Estoy ahí para ellos, todo lo demás puede esperar.

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