martes, 7 de junio de 2022

 Amelia. Ahora la bebota ha cambiado de nombre a Acida.

Amelia quiere algo que no toca en ese momento determinado. Le explico que eso lo decido yo. Pero ella me contesta que no, " ya le he decido a papá y él me dejado".

Que simpático ese momento en que juegan a ser independientes y van al lado tuyo caminando, fantaseando con los desafíos y las aventuras, que comienzan con la frase  de mi hija de 3 años diciendo ¿jugamos a que mamá y papá se habían muerto? (mi reacción fue decirles que era la señora del orfanato, que les estaba mostrando su nueva casa.. vaya juego más encantador)

Les escucho hablar de la muerte de modos tan diversos.. desde la sensación de patada en el estómago cuando ha caído él en la cuenta de que nos va a tocar a todos y no le gusta la idea de que se ke vaya a acabar la vida, si ni siquiera le gusta que se acabe el día, como le va a gustar. Las reflexiones sobre donde quiere que nos entierren  o como va a ser que se acuerde de mi cuando me muera. Y Amelia también empezando a nombrarla, desde una naturalidad exagerada, aun inconsciente de la transcendencia que implica. Ha todo eso le agrego un nuevo capitulo en el que Dídac ha puesto un pié. LA idea del suicidio, que ha venido absolutamente de la nada, hasta donde yo se. No sabe la palabra, no ha visto nada alusivo concreto y sin embargo, va un dia y en medio de una protesta (que no se podía llamar ni berrinche, porque no había ningún tipo de descontrol emocional, si no que estaba en medio de un debate, se le ocurrió la idea: ah, entonces, dijo, amagó con que se ponía un cable en el cuello. Mis ojos no daban crédito, ahi sentada a su lado en el sofá: y con una sonrisa adorada le pregunté que hacía. SU mirada mostró que una idea se le cruzaba, se levantó tranquilamente y se encaminó a la cocina. Lo seguí y miré atónita como agarraba un cuchillo y me mostraba como se lo apoyaba en el cuello. Me dijo algo como "me muerto", si es que no sabe ni siquiera que se dice me mato... Y asi del mismo modo juguetón ante mi risa nerviosa, dejó el objeto y se fue a hacer otra cosa. 

Más tarde le pregunté como es que se le había ocurrido eso. Me dijo algo aun más inexplicable que lo sucedido. Me dijo literalmente que se le ocurrió porque "se acordó de Jesus". Y esto merece otra explicación, y es que a raíz de ver imágenes de Semana Santa, hace tiempo está curioso del tema y yo le he ido explicando algunas cosas, (obviando por ejemplo el dia de los inocentes y esas truculentas asi) pero no pudiendo evitar explicar que eso que ha visto que se representa colgado en cruz y con sangre que chorrea del cuerpo, no es que se haya muerto solito. La idea de un asesinato, del porque lo han mandado a matar, el porque un rey se sentía amenazado. ¿Madre mía, como es que estas historias se cuentan a los niños pequeños?  Le conté también el mensaje bueno que trae, y que nos ha seguido demasiado, que los mensaje son siempre sin bien escuchados. Pero Dídac todo lo reflexiona, pregunta y pregunta, pregunta cosas que no son fáciles de repsonder. No pregunta solo hechos, pregunta opiniones y filosofía. Me preguntó por ejemplo, que pienso ¿es bueno que haya existido Jesús, a pesar de todo lo que pasó después?

A los 6 años las cabecitas no solo se dedican a juntar cartas Pokemon.



 Voy apuntando en un cuadernillo pequeñas historias que me gustaría escribir. Pasan los meses y el día a día a veces está tan completo que parece un repollo de tiempo, con mil vueltas rellenando cada tramo, con intensidad apretada pero intentando ir de a una por vez, intentando no superponer, no querer pensar en otra cosa mi entras hago lo que hago. El desafío de ir lenta, de priorizar, de seguir pensando que a veces la prioridad es el momento más improductivo en el que me siento a amasar plastilinas con ellos.