sábado, 28 de noviembre de 2020

Nos fuimos de paseo el sábado a ver la necropolis de Son Real. Vinieron Amanda y sus papis y Edy y Alicia con Auba.  Dïdac encantado también y nosotros de que él salga por un rato de su grupito de amiguetes-dinosaurios jejeje.

Dídac se fascino con que le leyeremos los carteles de la necropolis, le hablaramos de tumbas y guerreros de pueblos antiguos, de esqueletos y arqueologos. Lo que al principio vio él como un laberinto de piedras donde jugar, se llenó luego de eso en algo más grande y miesterioso. Al día siguiente fuimos a la biblioteca y le pidió a NAtalia con gran seriedad libros sobre "arqueogolos" que buscan huesos, y aun más encantado proque todo se suma a su inte´res por los dinosaurios. Estamos estudiando tres lindos libros que se trajo a casa.

Amèlia, encantada con el paseo también. Interesada ya en contar. Se quedó en un momento dado mirando hacia un lado de la necropolis, a upa mio, y señalando dijo ¡El mar!. Yo le señalé hacia el otro lado y le mostré allí también el mar. A lo que me contestó: ¡otro mar! ¡dos mars!

(contando con ternura todo lo que ve.. dos. cuatro, tinco, seis)


Teoría de la evolución de Dídac: los dinosaurios cada vez se fueron más pequeños más pequeños más pequeños y luego ya no hablaron y luego se transformaron en juguetes. 

Es impresionante como se constata (cuando estás atenta) la importancia de la claridad de las "normas", de los límites, de que los peques -en este caso Dídac- pueda anticipar el si un pedido "standar" o habitual va a ser si o no de forma definitiva. Cuando tiene claro el límite no pregunta o pregunta y no rechista o rechista muy poco, en función de lo garnde de su deseo. <pero basta que un día aflojemos ese límite, o peor aun lo traspasemos, para que los días siguientes sean un mar de congoja, de berrinches, de enfado por ese mismo límite, que sabe se puede saltar.

LOs límites que están siempre, que no se mueven, son relativamewnte fáciles de marcar. No pegar, no insultar, parar de jugar cuando alguien se hace daño, respetar si alguien no quiere jugar. No alejarse a doinde no lo veamos o oimos en la calle, etc. Se los suele saltar claro, y cada día hay que insistir e insistir. Pero no genera más desafío que el de la paciencia.

Pero los límites dificiles de marcar (creo que más para el papi de momentos) son los que "a veces si a veces no". Y son dos: Dulces (mermeladas, chocolate, helado, no golosinas) son a la hora del postre ( y en desayuno algunas cosas particulares). Dibujitos son a la hora de la siesta. Golosinas en cumpleaños y en Haloween (o si cae alguno convidado).

Básica y curiosamente, las cosas que hacen daño en exceso, y para las que el cuerpo tiende a pedir el exceso. Es decir, las cosas adictivas, ni más ni menos. Azucar y pantallas. Y la explicación que le damos es sencilla, más no porque lo cuidamos. Pero cuesta. 

La vecina abuela del fondo hace unos días (tras una conversación con Dídac sorprendente, en la que Dídac se interesaba por sus perras, su nombre, si charlaba con el otro vecino Tomeu..) ella le dijo que le daría una chuche cada día que pase.. y ahi tuvo que salir mami agüafiestas a poner freno. Es una función en la que no se pueden repetir muletillas, sino que hay que tener claros los porques. 



jueves, 12 de noviembre de 2020

 Amèlia ya habla. Se puede considerar ese hito porque:

1- Puede repetir absolutamente cualquier frase con bastante acierto.

2- Arma espontaneamente frases largas que en principio son ininteligibles pero acaban con tres o cuatro palabras claves bien conjugadas: a tatala llljk ta quero mia titera! (está fascinada con recortar y recortar)

3- ya se puede escucharla jugar con Dídac diciendo ¿este es tuyo?  o: todo no, uno!!. o: no te caigas! 

4- Pide claramente lo que quiere: mamá ésto está sucio!  -Yo tengo, tu no tienes! - no tengo frio - quero agua, no teno vaso! -  corto pelo caballo! - Eto qué es?- quero bañera! -a dormi a cama!-papi a pasea a calle!


martes, 10 de noviembre de 2020

 A pocos meses de comenzar el colebosque, tanto Amèlia como Dídac estan más que adaptados, contentos y con el mecanismo aceitado. No nos cuesta nada preparanos y subir al coche (el único punto en contra de esta desición de escolarización.. nada es perfecto). Cada uno de ellos va sacando y desarrollando facetas de la personitas que son en este momento. Amèlia empieza a buscarse y acompañarse con una niña un poquito más mayor, Malu, que la sigue y la mima, la acompaña de la mano. Le encanta todo el ceremonial comida, estirar su mantita, abrir sus tuppers.. Dídac, por su parte, se unió al grupo de niños varones, los mayorcitos, que a diferencia del año pasado, se centran en juegos muy físicos y de medir fuerza, de asustar, de "jugar" a veces  incluso con los que no quieren jugar, es decir molestar. >Los gamberritos, en conclusión. Hace unas semanas nos comentó, con sonrisa de travesura,  que habia otro niño más pequeño al que habían estado molestando. Lo comentamos con JOrdi y ese mismo día nos pusimos con calma pero con seriedad a tratar de hacerle ver el malestar ajeno. Es verdad que no se le puede pedir a esta edad una espontanea y completa empatía, que se supone que aun no está desarrollada, pero si podemos ayudarle a que lo visualize, dandole la cosa un poco masticada.. explicandole de forma explicita: imaginate que vienen dos o tres nenes y todos los días te molestan a vos? como te sentitrias..? y con esa sencilla sityuaicón imaginada el ya se da cuenta. Se dio cuenta, de hecho. Se quedaba con los ojos redondos, imaginando. Porque no se la empatía, pero él si sabe que son los sentimientos, y como se sienten. Y no es casualidad quizás, que lo que nos explicaba fuera "pero si yo no juego a el juego que quieren ellos, tengo miedo que.. me peguen a mi." Es la mecánica de los "secuaces", no? 

Al día siguiente de esa charla, nos reunimos con las maestras (nos tocaba), y comentamos el tema. Ese día no había pasado nada similar a lo que, tal cual nos confirmó, habia comentado Dídac sobre diás anteriores.  Y por el contrario, Dídac habia sido excluido ese día del juego de ese grupo, y se había pasado la mayor parte leyendo un cuento con Olivia, un buen rato los dos juntos metidos dentro de una caseta de madera. Al día siguiente ya volvió a fiormar parte y no hay día que no hable de esos niños, de sus juegos y fascinación por los dinosaurios, Y ya un par de semanas después, sigue sin pasar lo de molestar al otro niño, e incluso lo he visto algun día a Dïdac, haciendole cosquillay y estando cerca de él. Es en parte un alivio, no creo que ningun padre o amdre se quede tranquilo con ese arisbo de bullyng. SUpongoq ue es parte de su desarrollo y de una manera especialmente masculina, experimentar todas esas sensaciones,  las posiciones de poder en el grupo,  el afirmars en quien es quien. No creo que haya que preocuparse pero si ocuparse: hablarlo, escucharlo, mostrarle las otroas perspectoivas. Y como no podía faltar, de la mano de este mismo grupito le llegó por primera vez la idea de que hay cosas "de niñas", en este caso los unicornios. Lo misma ectitud tomamos. No insistir en que cambie de idea, pero le contamos otro punto de vista. Con charlas, con cuentos.. del mundo que vivimos.