miércoles, 13 de marzo de 2019

Amèlia con sus 6 meses recién llegados, va haciendo cambios a pasos agigantados. Hace apenas unas tres o cuatro semanas que empezó a agarrar cosas intencionalmente con sus manitos y ahora ya se las lleva a la boca con decisión. Empezamos a darle probaditas de uva pelada, lo primero que probó, y como chupaba con unas ganas locas, optamos por dejarla comenzar con la etapa comidivora.. los sólidos! AHora come naranjita a mi lado mientras escribo y la voy pispeando, COmo de momento las cosas en sus manos siguen un destino errático, acabando en el suelo en 10 segundos, la trona de Ikea con su bandejita nos ayuda mucho. La comida (por ahora naranja, algun platano y palta bien madura, y hoy, una mazorca de maiz con el granito semicortado) la mantiene estrujada con manos y boca, y la va succionando, desmenuzando. Seguimos por supuesto con el baby led weaning, que con Dídac nos fue tan bien. Un placer mirarla disfrutar, chupandose los deditos, experimentando, descubriendo. Ahora revolea el sonajero.

Y eso no es todo, en esta semana también empezó a darse vuelta sobre si misma poniéndose boca abajo, primero con sorpresa y disgusto de encontrarse el mundo al revés, pero ahora ya con sonrisas, no para de querer girar. Jordi y Dídac le hacen una fiesta jugando a patalear como una cucaracha y arrastrarse como un cuquet. Pero lo más sorprendente para mi por lo pronto, es el parloteo que de repente comenzó y no para, con sus dulces infinito pa pa pa ba gaaa ba ba. Hasta Dídac se la queda mirando, riendo "ha dicho papá"!

El tiempo pasa volando y tantas cosas me quedan en el tintero sin escribir.. tomando forma apenas en un esbozo mental. Quería escribir sobre una fase dura hace un mes atrás o dos, con berrinches a mansalva.

Ahora, estamos evolucionando a una etapa más tranquila, y los berrinches se hacen más esporádicos  y con una ceremonia de calma ya aprendida por ambas partes, que lo hace más liviano.