miércoles, 28 de agosto de 2019

Ya casi por empezar septiembre, nuestro último mes de verano por estos lares.
Amèlia descubrió las uvas colgando de los racimos del patio, y si puede se las cosecha y prepara solita. Un bebé ya apto para sobrevivir si le dejas a mano un huerto y un charco... Se disputan las uvas bajas con Tila, eso si, tendría competencia.

Dídac hizo ayer su primera obra de teatro autogestionada. En un hermoso día de parque donde se juntaron la tribu casi al completo, les contó a Dario e Inar el cuento de Elmer y la mariposa, y todos se pusieron a interpretarlo. Lo escuché de lejos, mientras los veía juntar una rama, gritar papalloooona, y le explicó a Ulla, que miraba curiosa, que eran todos elefantes.




lunes, 19 de agosto de 2019

Bonita Amèlia, dos dias después de cumplir 11 meses empieza a ensayar pasitos, Tres y cae de culo, se ríe, se sorprende de sus hazañas. A seguir practicando patufeta!

Julio y agosto, meses para mi de estudio intenso, de separarme muchas horas de ellos, de añorar un verano de playa y juegos, y esforzándome porque valga la pena. Y también, descubriendo enamorada a Jordi en su momento más intenso en el rol de padre. Paciente, amoroso, ingenioso. Aunque siempre ha sido así en cualidad, no había podido serlo en cantidad. Y cuanto más pasan las semanas, más seguro y activo lo veo en su rol, jugando en la alfombra con los personajes de Dídac, siguiendo su iniciativa, logrando un equilibrio difícil entre la flexibilidad y la firmeza. Sobretodo, consiguiendo que los dos peques estén felices y tranquilos. Y yo también.
Habríamos podido resolver estos meses (de estudio y sin "canguros") de muchas otras maneras, pero esta fue la preferida y me alegro por haberlo hecho así, aprovechando para profundizar el vínculo padre-hij@s. Fuera de casa, el equilibrio y desafío para Jordi es otro, el de lidiar con un mundo machista, que no concibe un padre cuidando a sus hijos, si no un padre trabajando para traer más dinero a casa. El modus operandi de Jordi es hacer caso omiso, sin dar muchas explicaciones, jeje.

Amèía en este 11º mes, dando un salto hacia convertirse en una nenita.. imita un montón las palabras, especialmente la de Dídac diciendo no no no!, hola! y se acerca bastante a acertar con mamá y papá. Ahora empezó a saludar con su manito y perfeccionó mucho la técnica de bajar escalones. Pero más allá de los pequeños-grandes avances psicomotrices, lo que se amplía es su mirada, expresiva y risueña, su curiosidad por verlo todo, chuparlo casi todo, bailarlo todo y recientemente, aplaudirlo con ganas.
Aunque hace meses que la fase rabietas pasó, o bajó mucho en frecuencia e intensidad, de tanto en tanto algún episodio nos recuerda que Dídac aun tiene 3 años. La comida que se rompe es un detonante de lo mas curioso.
Hay otras reflexiones muy interesantes de este Dídac tresañero.., como "Cuando yo crezca, tu serás pequeña" y algunos deseos que dan ganas de cumplirle: "quiero volver a estar en la panza", seguido de las preguntas bien complejas sobre los fetos, que intento responder como voy pudiendo! "¿como comen ahi adentro? como hacen caca?" y " Yo quiero tener uno en la panza mía!"


Tarde de sábado, Dídac y Jordi se van a dar un paseo, y nosotras, Amèlia y yo con Laura y Abril, nos vamos al taller MAMACANTA de Tanit Navarro. Un círculo de mujeres siempre promete, y si es con bebes, música y una voz maravillosa, no podría ser menos. Estuvo bellísimo. Cantamos, aprendimos nanas, nos relajamos oyendo canciones maternales del mundo. Hablamos desde el corazón pequeñas cosas importantes. 
Y me despierta el pensamiento de que agradezco el tiempo (y lugar) que me toca vivir siendo mujer, con cierta conciencia ganada sobre lo valioso de lo femenino, lo fuerte, poderoso y lo inspirador que representa lo femenino, el curso diferente que toman los caminos si lo guía lo femenino. 
Que eso no se represente con cosas de color rosa, es un desafío actual que agradezco vivir. Lo femenino es multicolor, cuidador, inclusivo y respetuoso. Y para nuestra desgracia siempre ha sido también, creo, abnegado y falto de aceptación, vivido en gran parte con vergüenza, en búsqueda de ser iguales en un mundo de hombres. El desafío es transformar el mundo hacia las cualidades femeninas. Mi parte del cambio ha empezado por dejar de sentir, y evitar transmitir, vergüenzas, esas vergüenzas que me acompañaron todo el tiempo en mi crecimiento, nombrando todo lo que se relacionara con el cuerpo de mujer, con el sentir de mujer: mostrar el cuerpo, la ropa de mujer (por no usar corpiño, primero, luego por usarlo, luego otra vez si no lo usas..) el vello de las piernas, del pubis, el tener la menstruación, o el. no haberla aun tenido, la sangre en las toallas que hay que esconder bien, el gustar de alguien o a alguien, las cartitas de amor, las experiencias sexuales, el deseo de ser mamá.  Curiosamente, todo eso que forma parte del. crecer como mujer, se tiñó para mi en algún momento durante mi crecimiento, de vergüenza. 
Pero eso afortunadamente cambia y sigue cambiando, para mi y las otras mujeres, y para mi hija habrá seguro nuevos cambio, asi como antes se cambió el acceso al trabajo, el vivir solas.. hasta que ya no necesite cambiarse nada, espero. Imaginemos con suerte ese mundo nuevo que vivirán estos dos críos, un mundo feminista, femenino y masculino. Dependerá de que empujemos para seguir ese cambio. Seguro llegará el día en que Dídac se entere que hay quienes creen que el rosa es color de nena. Por ahora no lo sabe y trabajamos para que llegado el momento, le de igual lo que piensen esas personas.