martes, 31 de julio de 2018

Dos años y medio.

Frases que delatan el ingenio de esta criaturita que hace tres años no más, aún era una semilla en mi interior.
..." si le quitamos el pan, entonces las hormigas se van a su casa"..
..."está caliente el cinturoón... y mira, todo está caliente, el volaaante, la maaarcha, las siiillas. Mamá, ¿también te pones una bufanda para no quemarte?" (haciendo alusión al pañuelo que le estaba poniendo en los hombros debajo de las cintas de seguridad de su sillita)

Usa expresiones bastante abstractas, como "mejor no.. mejor" tal cosa o tal otra, "me parece que...", "me pensaba que ", y ahora su favorita es "¿te acuerdas que...?".
Habla con una claridad en la pronunciación que sorprende... incluso durmiendo. Hoy soñaba y hablaba, diciendo "noo.. esa pelota no es para ella, es para hacer gimnasia, para mamá." (ella es Tila, repetía una situación real de entredicho entre pelotitas y hocicos).
Y aunque aún no empezó la fase de los porqués, ya deja caer alguno.. "mamá, ¿porque no chafas el tomate?"

Lo que sí está a flor de piel es la fase berrinchosa de los no, que no dura dos días, y te llega a dar penita. Él la pasa más y nosotros nos agotamos. Son muchas veces al día que le agarran breves o no tan breves rachas de lloriqueo protestón, que no es llanto real, por distintos motivos. Porque se empecina en que uno haga las cosas de una manera concreta -cómo apoyar un pan a un centímetro de su taza y no a dos- , o se frustra cuando no le sale algo, con su frase "Didac no en sap, Dídac no sabee!!", o quiere dulces, o no quiere algo, etc etc. Su humor normal es bueno, pero le dan vendavales intensos, que requieren una paciencia y una dedicación continua y constante de quien esté con él. Lo bueno es que su reacción al enfadarse o frustrarse es llorar y protestar, pero nunca agredir. Es cierto que hace poco tuvo unas cuantas semanas de probar a mordernos o pegarnos (cosa que parece ya pasó) pero como  una manera de jugar y divertirse (y creo que lo dejó por que ipso facto dejábamos de jugar). A otros niños, por ejemplo, nunca lo vimos pegarles ni morderlos, ni por iniciativa propia ni como reacción, porque él sí en cambio ha recibido alguna tunda.  Alguna por que si, alguna por acercarse demasiado a decir hola!, alguna por negarse a entregar un juguete en su poder.  Su reacción es de sorpresa, llanto y buscar refugio, y en cuanto la cosa se calma vuelve a jugar confiado y sin resentimientos.

domingo, 22 de julio de 2018

pipicaca

No hacía cuentas de que la cosa avanzara este verano tan deprisa, pero parece que el paqueñín está preparado.  Hace tiempo que ve y conoce el ritual de hacer en el inodoro... o por ahi. En la escuela del bosque, los días de Sa Font en que andaba desnudito,  en S'Estret o en el fondo de casa, había hecho sus caquitas en el suelo cuando le venían ganas, observando con entusiasmo la cuestión. Pero hace unos días se me ocurrió plantearle en casa, con énfasis, que íbamos a dejar la pelela cerquita y preparada, que estuviera atento a cuando le vinieran ganas de pis o caca., no estaba segura de si podía anticipar las ganas, o solo lo dejaba escapar. Pero si, puede!. Así que anda todo el día en casa pitolaire y con pepela a mano. El primer día que se lo dije, ya hizo todos sus pipis y 3 caquitas ahí sin problema. Incluso sin avisarme, corriendo para allí solito. Nada de preguntarle si tiene ganas o pedirle que se siente a esperar, cosa que creo sería inútil, además de molesto.
Ahora siguen los desafíos.. sacarlo con ropa y que no se moje, la noche, comprar calzoncillitos. Quizás pañales de tela.Vamos a ver,.. poc a poc, patufet!

Emociones identificadas..

Identificas emociones, no se puede decir que las aprendas, porque obviamente eso te viene de fábrica, solo te brotan. Pero si se van volviendo más matizadas, más sofisticadas. Ya no es blanco y negro, alegría y enojo, sino que van aflorando sutilezas, diferente expresas frustración, decepción, sorpresa, ilusión o entusiasmo, complicidad, necesidad de imponerte, alguna vez celos.
Me planteo nuestros dialogos en momentos q le desbordan los sentimientos, por ejemplo, de rabia o llanto por alguna "pupa". Trato de evitar el clásico.. "ya pasó, no es nada", oy también de no acudir al intento de rápidamente distraerlo para dejar en segundo plano su dolor. Un poco por instinto y un poco guiada por mis lecturas, trato de hacer lo siguiente: relatar lo que en ese momento le preocupa, o creo que le preocupa, para intentar confirmarlo. Upa y abrazo, y le pido que me detalle, ya sea el lugar donde se golpeó, si fue poco o mucho, o que cosa lo hizo enfadar... Sin miedo a equivocarme, le pregunto, y explicarmelo o corregirme, en parte ayuda a que se vaya calmando (y veo que ésto es cada vez más realmente así) " me golpeé aquiiii, n aquiii! Y con sinceridad muchas veces dice, fue poquito, ya está, no importa". O "Dídac no está enfadado, Dídac llooora.. tiene una tristeza! me dijo hace unos días, después de que medio le obligué a sentarse en la sillita del coche después de 20 minutos de jugar y no darme cinco de bola. Allí, mientras conducía, le fui hablando de que me había enfadado pero poco, y ya se me habia pasado y no quería que Didac tuviera una pena... Cuando lo tengo a mano, y la pena es mucha, basta con extender un poco más el upa o el abrazo, y la calma llega, siempre. Aunque un desacuerdo conmigo haya sido la causa, siempre llega y lo hermoso de esta edad, al menos en Dídac, es que no existe resentimiento. Cuando se le pasa su amor y su alegría vuelve a ser tan pura y genuina como siempre.