viernes, 10 de mayo de 2019

Tutoria com Joana, Nos habla del desarrollo de ddc.
Corres, saltas, coordinas, te equilibras, cantas, hablas, piensas y todo lo esperable a desarrollarse con salud y estímulos sanos. Que suerte. Nos menciona que sabes muchas canciones, que cree has hecho alguna rima (jugamos mucho en casa con las palabras, los sonidos, las entonaciones, siempre cantando e inventando letras y melodías),  que das unos saltos impresionantes, probando y buscando hasta donde puedes; que eres muy descubridor y explorador y no tienes miedo. Sabes cuando parar, por ejemplo al buscar caminos nuevos en el bosque, si la cosa se complica, y te gusta ir todos en grupo, pero no te atemoriza lo desconocido. Te gusta "compartir" a la hora decore, lo tuyo, pero sobre todo, comer lo fue los demás, así tu comida sea apetitosa o igual que la de los otros. LO mismo en casa, siempre prefieres comer de mi plato, quien sabe por que!
También nos comenta algo que, nosotros ya lo sabíamos, le resulta algo "especial" de ti, Dídac. Eres acollador, acogedor. Siempre que hay alguien nuevo o pareciera estar apartado, Ddc es quien lo invita, lo acoge, lo trae al grupo. Es un inicio de empatía. Es un indicio, digo yo, de una enorme capacidad de ponerse en el lugar del otro, de comprender, leer, intuir los pensamientos y sentimientos ajenos, es algo que te hará comprender lo que te rodea con sutilezas, captar a vuelo de pájaro las ideas globalmente, "ver" las ideas y su relaciones sin poder casi explicarlo en palabras. No lo dije, pero allí me veo a mi misma con 3 años, en mi jardín de Infantes sala rosa, intentando defender a la niña llorosa de las burlas de otros, acercándome a los marginados, dando paseos sola en el recreo, por el parque de "Pinocho", introspectiva, contemplativa, llenándomelo de bellotas los bolsillos. Creo que sacas algo de mi, potenciado con la sensibilidad de tu papi y su disfrute de la amistad y el compartir. En suma, un niño con un carisma, una calidez, una sonrisa irresistible.

Dídac y la Teoria de la mente:
Me cuenta Coia que este mes de junio conversaban en la mesa con Jordi en presencia de Dídac, quien parecía distraído. Jordi le hablaba de un niño llamado Max, que se mudó hace poco cerca de nuestra casa. Dídac, interviniendo, le dijo "...no es Macs petito eh? es otro Max! (Max=Maks suenan igual, claro, y la cabecita de ¡l pequeño ya sabe (quien sabe hace cuanto) leer, intuir, inferir el pensamiento de otro, darse cuenta de lo que podría estar pensando, e intervenir para hacer la aclaración.
Amelia: posición que más anhela y disfruta: de pié.
Hace dos días pensaba que en dos meses te pondrías de pié agarrándotelos de algún mueble. Pro hoy lo hiciste ya por primera vez. Escalando tus manitas por el muro de la bañera, se agarran del borde y tiran hasta ponerte recta, bamboleando e inestable pero recta sobre tus dos pies, mientras un circulo de brazos esperaban para amortiguar la caída. Te desplazas de costado, buscando sorpresas y colores. Tu cuerpo se pone fuerte y en posición gatillo, te impulsas más hacia atrás que hacia delante, y vas haciendo prácticas de movimiento de brazos. Nos ponemos sobre la cama del cuarto pequeño, al lado de la ventana, y con la luz en la mirada te entusiasmas.
Ayer tuvimos jornada completa con Dídac, jugando de cabo a rabo acabamos los tres en el parque-corralito metidos. Empezando el día en la cuna casa que Dídac quiere compartir con su hermana, visitando a Luna, en el fondo pintando, en el sofá saltando, en la calle investigando,  en el refugio "pescando" con Inar y Carmeta. Nada dejamos por hacer y Amèlia acompaña gozosa.
Hoy Dídac pasa el día con Pi y Coia, y yo contigo jugando, estudiando, mitad y mitad. 

jueves, 2 de mayo de 2019

Dídac en el cresta de la ola de los porqués!

El otro día nos sorprendimos mutuamente. Después de la removida de piojos -tus primeros piojillos Dídac- faltaba la cabeza de los papis. Todos metidos en el baño menos Amèlia, que ya descansaba en la cama. Le dije a Dídac, ei, porqué no subes a la cama con Amèlia a dormir, mientras terminamos de sacarnos los piojillos nosotros? (cabezas ya embadurnadas). Algo perplejo aceptó, subió solito la escalera y, como lo vi después del ir a espiar, se metió en la cama al lado de ella, y de costado intentaba dormir, solemncioso. Me acerqué para que me viera y darle un besito y me preguntó ¿mamá, si oigo un ruido que hago? le di algunas pistas sobre soplar, un peluche, pero él me dijo que se taparía la cabeza. Al ratito se durmió, amoroso. Me pareció fantástica la experiencia y su pensamiento buscando estrategias de afrontamiento para sus miedos, tan suaves e infrecuentes. Niño valiente.