jueves, 21 de abril de 2016

Relato del parto





Primeras dos horas mágicas..




 Primeros días en el hospital

















Relato del parto y nacimiento de Dídac, el 28 de enero de 2016, un jueves.


El miércoles alrededor de las 5 de la mañana, me despertó la sensación de que se escapaba un líquido entre mis piernas- Jordiiii, lo desperté -creo que rompí bolsa!. Fui al baño, y el liquido empezó a fluir con más fuerza, ya no cab´ñia duda. Por si acaso, junté un poco en un frasquito esteril que casualmente tenía, se veía trasparente, apenas amarillento. La consigna era darse prisa, si salía verdoso, entre otras cosas, pero no era el caso. De todas maneras, no pudimos seguir durmiendo. Incluso se me ocurrió tener la precaución de llevar al frasco con liquido (cosa que la enfermera con cara de sorpresa declinó ver,  y discretamente descartamos en un lavamanos.) COn tranquilidad me duché, terminamos de armar el bolso, pasamos la fregona en la cocina, dejamos comida para los animales.. Y salimos para Son Espases. A las 7 estábamos ahi. Enseguida me hicieron la monitorización, para comprobar que no tenía contracciones. A las 10 , el ginecologo de turno me puso un "tampax" preinductor, para propiciar el comienzo del trabajo de parto. Me exlicaro que habiendo roto bolsa, no era conveniente esperar más de 24 hs, por el riesgo de infección.. Firmé un consentimiento.

Al haber ingresado con antelación, nos pusieron en la habitación individual, vistas a la montaña y sofá cómodo para el acompañante. Jordi agradecido. Pasamos ese día dando paseitos por el piso, yo dibujando en una libreta, comiendo, pensando. Que lindo recuerdo esa sensación de barriga tonel, literalmente pletórica. Tenía mis pantuflas, pero como el albornoz que me había llevado era muy abrigado para la calefacción que había, me dejé el batín azul hospitalario,, tremendamente sexy, jje. Por suerte no tenía agujero en el culo.
De la preinducción, ni noticia, apenas tuve en todo el día una contracción suave o dos, y dos más por la noche. A la mañana siguiente, directo al paritorio. Nos pasaron a buscar alas 7 de la mañana, media hora antes de lo previsto, para sacarnos de la cama adormilados. Nos arriaba una enfermera junto a otra pareja. La colega parturienta iba a tener gemelas, y ya estaba con dificultades para caminar. Yo iba en mis dos patitas como si nada. La otra parturienta, una inglesa, iba un poco asustada, Jordi se fue a tomar un café con su pareja mientras nos ponían -a cada una en su habitación- el suero con occitocina. Según comentó el binnisalamer esposo de la inglesa, habían hecho todos los controles en una clínica privada, que a último momento habían aconsejado que vinieran a tener a los bebés al hospital, al parecer temiendo un parto complicado por ser gemelar. En nuestro caso, hacía un par de semana habíamos venido a ver las salas con el curso de preparto de Son Pisá, así que estábamos familiarizados.
A la hora, vino una comadrona a preguntarme si me acordaba el teléfono de Jordi.. los futuros padres no aparecían, y es que el café los había despistado, y estaban esperando en la puerta equivocada.

Dilatación casi cero. La occitocina tardaba en hacer efecto, casi dos horas que nada de nada. Pero no nos impacientamos, los signos vitales del feto futuro bebé, muestran que está fenómeno. Asi que nos quedamos disfrutando de la extraña habitación, llena de artilugios para dar a luz: silla para parir, silla balancín, cama robótica con múltiples posiciones, Jordi con tablet para musicalizar, masajes en los pies.

A las 10, mas o menos, la cosa se empieza a animar. Como respuesta a la occitocina sospechosamente artificial, mi útero decidió repentinamente empezar a contraerse, muy fuerte y por mucho rato, cada 3 o 2 minutos. Dolía, que lo parió. Me senté en el balancín, aferrada a los apoyabrazos con ganas. La posibilidad de pasear, caminar, hacer malabares y ducharme, que me parecían tan interesantes los meses de preparación al parto, perdió todo interés. la ternura de mi chico intentando hacerme caricias, se desdibujaba en el dolor de la contracciones, me inspiraba más bien un "nnnnmo me toques,, que me duele!, No sabía como consolarme el pobreciño.
Las comadronas me traían zumitos, me ofrecieron una bolsa de agua caliente para la barriga (las contracciones eran adelante), me trataron con mucha calidez. En ningún momento me ofrecieron o siquiera mencionaron la epidural (solo al ingreso, para el consentimiento informado "por si acaso").

La  actividad uterina progresaba. Pasadas las doce, después de 2 o 3 horas de "dolorcitos", las comadronas volvieron a hacerme tacto. A ver como anda la dilatación, a ver que tan abierta está la compuerta de salida para al gurrumín. Nada, apenas un par de cm. Eso implicaba que quedaban unas probablemente muy largas horas para finiquita el asunto. Tolerable el dolor? quizás- Tolerable sabiendo que puedo ser aliviado? difícil. Otra vez, mis expectativas de la preparación al parto -clases en Son Pisá, en Esporles, lecturas  videos en casa, charlas con amigas, por whastapp y en vivo..quedaron de lado. Mi idea de probar sin analgesia epidural, llegó a su fín. Si se hubiera estimado que quedaba poco tiempo,, lo hubiera intentado, pero en vistas de estar toda la tarde o más sufriendo, con la posibilidad de tener un alivio eficaz, cuidado, seguro dentro de lo razonable.. porque optar por sufrir? porque soy mujer y he de parir con dolor? no gracias. Prefiero parir con placer, y asi fue. Luego de la epidural, (una infusión que largaba dosis leves a cada hora) pasamos una tarde estupenda, esperando, que se tome su tiempo el útero, el bebé, la compuerta... no problem.

De las 12 a las 20 hs, me quedé sentada en la cama robótica, con la piel un poco adormecida. No tenía problemas en mover las piernas, pero no me moví de la cama, ya que quedé conectada con la vía de la epidural, que cada hora hacía un pequeño "chute". De todas maneras, no me hubiera podido mover si me seguía doliendo de aquella manera.Y ahora sí, los mimitos de Jordi eran muy muy bienvenidos.

Cada 3 horas venían a controlar la dilatación, además de algunas veces que se asomaban para pispear si todo iba bien. Fuera de eso, estábamos en la intimidad: yo, la pancita, Jordi y los dibujos del arca de Noé de la pared, y los de mi libretita. En el último control, a eso de las 18 hs, me dijeron que faltaban aun unas cuantas horas (no recuerdo si estaba en 5 o 6 cm de dilatación). Pero antes de lo previsto, empecé a sentir más dolor de contracción, especialmente en un lado y a pesar de la epidural (pero tolerable), y repentinamente vomité. Jordi llamó a una de las comadrona, que entró bastante tranquila y sonriendo dijo: "parto vomitado, parto terminado".



Eran dos comadronas jovencitas, y una mayor. No hubo necesidad de que apareciera el ginecólogo luego de ponerme la occitocina por la mañana. Podía sentir la contracción, aunque no era tan dolorosa, que anticipaba la aguja del monitor a mi lado. Me dijeron que ya estaba, que "probara" a empujar en la siguiente contracción. Y ahi empezó el parto. Duró media hora, más o menos, hasta que nació Dídac 20:45hs. En posición semisentada, empujaba con ganas en la contracción, y descansaba 30 segunditos. En ese interín, las comadronas se dedicaban a intentar relajarme, me contaban anécdotas, chistes que no recuerdo, me daban consejos para que empujara y respirara mejor, e incluso me pusieron un espejito, para que tocara la cabeza del bebé antes de nacer.. "para motivarme".. como si no tuviera suficiente motivación!  Creo que además de la buena onda mi risa las entusiasmaba, porque cada vez que reía la cabeza del bebé asomaba más.

En un momento dado, la presión era bastante, por lo que les pedí que me hicieran una pequeña episiotomía.

Los últimos esfuerzos fueron emocionantes, sentir que ya venía. Hubiera podido agarrar su cuerpito para ayudarlo a salir, pero la emoción me lo impidió, tuve ue cerrar los ojos. Paradojicamente, luego de un trabajo de parto con risas, no pude contener las lagrimas cuando sentí el cuerpito de Dídac encima mío... por fuera! Amor puro, puro amor!

No tengo más que palabras de gratitud para ese equipo de trabajo. Se tomaron un tiempo largo para coserme la herida, una hora mas allá de su hora de salida. Me dejaron al baby desde el primer momento, más de dos horas, incluso la vit K y las gotitas se las pusieron ahi pegadito a mi. Solo le limpiaron la cabeza con una toalla, y lo pusieron sobre mi. Se puso a buscar el pezón, reptando, estirando las piernas, abriendo la boquita. 
Más de dos horas después lo pesaron en la misma sala paritorio, y le enseñaron a Jordi a ponerle pañal. Y de nuevo con mami. Pasé a una camilla, y con Dídac del lado de afuera de mi barriga, fuimos rumbo a la habitación, donde nos esperaban abus mallorquines y tía para conocer al hermoso recién nacido.


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Algunos dibujos preparto:



















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