martes, 10 de noviembre de 2020

 A pocos meses de comenzar el colebosque, tanto Amèlia como Dídac estan más que adaptados, contentos y con el mecanismo aceitado. No nos cuesta nada preparanos y subir al coche (el único punto en contra de esta desición de escolarización.. nada es perfecto). Cada uno de ellos va sacando y desarrollando facetas de la personitas que son en este momento. Amèlia empieza a buscarse y acompañarse con una niña un poquito más mayor, Malu, que la sigue y la mima, la acompaña de la mano. Le encanta todo el ceremonial comida, estirar su mantita, abrir sus tuppers.. Dídac, por su parte, se unió al grupo de niños varones, los mayorcitos, que a diferencia del año pasado, se centran en juegos muy físicos y de medir fuerza, de asustar, de "jugar" a veces  incluso con los que no quieren jugar, es decir molestar. >Los gamberritos, en conclusión. Hace unas semanas nos comentó, con sonrisa de travesura,  que habia otro niño más pequeño al que habían estado molestando. Lo comentamos con JOrdi y ese mismo día nos pusimos con calma pero con seriedad a tratar de hacerle ver el malestar ajeno. Es verdad que no se le puede pedir a esta edad una espontanea y completa empatía, que se supone que aun no está desarrollada, pero si podemos ayudarle a que lo visualize, dandole la cosa un poco masticada.. explicandole de forma explicita: imaginate que vienen dos o tres nenes y todos los días te molestan a vos? como te sentitrias..? y con esa sencilla sityuaicón imaginada el ya se da cuenta. Se dio cuenta, de hecho. Se quedaba con los ojos redondos, imaginando. Porque no se la empatía, pero él si sabe que son los sentimientos, y como se sienten. Y no es casualidad quizás, que lo que nos explicaba fuera "pero si yo no juego a el juego que quieren ellos, tengo miedo que.. me peguen a mi." Es la mecánica de los "secuaces", no? 

Al día siguiente de esa charla, nos reunimos con las maestras (nos tocaba), y comentamos el tema. Ese día no había pasado nada similar a lo que, tal cual nos confirmó, habia comentado Dídac sobre diás anteriores.  Y por el contrario, Dídac habia sido excluido ese día del juego de ese grupo, y se había pasado la mayor parte leyendo un cuento con Olivia, un buen rato los dos juntos metidos dentro de una caseta de madera. Al día siguiente ya volvió a fiormar parte y no hay día que no hable de esos niños, de sus juegos y fascinación por los dinosaurios, Y ya un par de semanas después, sigue sin pasar lo de molestar al otro niño, e incluso lo he visto algun día a Dïdac, haciendole cosquillay y estando cerca de él. Es en parte un alivio, no creo que ningun padre o amdre se quede tranquilo con ese arisbo de bullyng. SUpongoq ue es parte de su desarrollo y de una manera especialmente masculina, experimentar todas esas sensaciones,  las posiciones de poder en el grupo,  el afirmars en quien es quien. No creo que haya que preocuparse pero si ocuparse: hablarlo, escucharlo, mostrarle las otroas perspectoivas. Y como no podía faltar, de la mano de este mismo grupito le llegó por primera vez la idea de que hay cosas "de niñas", en este caso los unicornios. Lo misma ectitud tomamos. No insistir en que cambie de idea, pero le contamos otro punto de vista. Con charlas, con cuentos.. del mundo que vivimos.


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