lunes, 19 de agosto de 2019

Tarde de sábado, Dídac y Jordi se van a dar un paseo, y nosotras, Amèlia y yo con Laura y Abril, nos vamos al taller MAMACANTA de Tanit Navarro. Un círculo de mujeres siempre promete, y si es con bebes, música y una voz maravillosa, no podría ser menos. Estuvo bellísimo. Cantamos, aprendimos nanas, nos relajamos oyendo canciones maternales del mundo. Hablamos desde el corazón pequeñas cosas importantes. 
Y me despierta el pensamiento de que agradezco el tiempo (y lugar) que me toca vivir siendo mujer, con cierta conciencia ganada sobre lo valioso de lo femenino, lo fuerte, poderoso y lo inspirador que representa lo femenino, el curso diferente que toman los caminos si lo guía lo femenino. 
Que eso no se represente con cosas de color rosa, es un desafío actual que agradezco vivir. Lo femenino es multicolor, cuidador, inclusivo y respetuoso. Y para nuestra desgracia siempre ha sido también, creo, abnegado y falto de aceptación, vivido en gran parte con vergüenza, en búsqueda de ser iguales en un mundo de hombres. El desafío es transformar el mundo hacia las cualidades femeninas. Mi parte del cambio ha empezado por dejar de sentir, y evitar transmitir, vergüenzas, esas vergüenzas que me acompañaron todo el tiempo en mi crecimiento, nombrando todo lo que se relacionara con el cuerpo de mujer, con el sentir de mujer: mostrar el cuerpo, la ropa de mujer (por no usar corpiño, primero, luego por usarlo, luego otra vez si no lo usas..) el vello de las piernas, del pubis, el tener la menstruación, o el. no haberla aun tenido, la sangre en las toallas que hay que esconder bien, el gustar de alguien o a alguien, las cartitas de amor, las experiencias sexuales, el deseo de ser mamá.  Curiosamente, todo eso que forma parte del. crecer como mujer, se tiñó para mi en algún momento durante mi crecimiento, de vergüenza. 
Pero eso afortunadamente cambia y sigue cambiando, para mi y las otras mujeres, y para mi hija habrá seguro nuevos cambio, asi como antes se cambió el acceso al trabajo, el vivir solas.. hasta que ya no necesite cambiarse nada, espero. Imaginemos con suerte ese mundo nuevo que vivirán estos dos críos, un mundo feminista, femenino y masculino. Dependerá de que empujemos para seguir ese cambio. Seguro llegará el día en que Dídac se entere que hay quienes creen que el rosa es color de nena. Por ahora no lo sabe y trabajamos para que llegado el momento, le de igual lo que piensen esas personas.




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