lunes, 8 de mayo de 2017

La anécdota de la mosca y el recuerdo del gato.

La psiquis de Dídac va empezando a desplegarse como las flores en esta estación primaveral. Que poesía. Empiezan a desarrollarse cosas que se muestran a mis ojos expertos (0-o) mucho más allá de las cuatro palabras de bebé (preciosas: mamá papá hola y nene) y las habilidades motoras. Ya se entrevé, también, la comprensión, tanto de frases (traeme la pelota, el zapato, una taronja..), de mecanismos (como se tapa y destapa, se desenrosca, se toca un interruptor), como de eventos físicos (como el agua que cae cuando inclina una jarra). Y la memoria, que le permite anticipar situaciones conocidas, como irnos hacia el coche (cosa que a la mañana le predispone a hacer brrrum y a la tarde a un berrinche) y recordar elementos que son habituales en contextos conocidos, y aun en otros no tan conocidos. Hace unos días, por ejemplo, fuimos a la escoleta a oír un cuento dentro del festival de contacontes de Esporles. Pasamos por un sitio por el que hace aprox un mes y medio habíamos pasado también. Me acuerdo muy bien que la vez anterior nos entretuvimos con un gato, y como el miau es uno de los sonidos más logrados de Dídac, lo practicamos mucho. Esta vez el gato no estaba, pero, evidentemente, si estaba en la memoria del petit, porque al ver el lugar empezó a nombrarlo, miauuu, o llamarlo... quien sabe.
Pero no se queda ahí. Otra demostración de buena memoria la detecté ayer, y me pareció maravillosa. Porque se puso al servicio de rememorar, interpretar y relatar un suceso: narrarlo!.  La cuestión es que mientras dibujábamos en el cuarto de arriba, se oía un zumbido de mosca, molesto, que no se veía sin embargo volar. Yo empecé a buscarla con la mirada. y Dídac también. Incluso, sin que yo dijera nada, empezó a hacer su ruidito-símbolo bzz bzzz, señalando el aire. Los dos buscábamos la mosca, hasta darnos cuenta que venia del suelo, cerca de la ventana. La fuimos a buscar y ahi estaba, medio atontada panza arriba y sin poder levantar vuelo, haciendo bzzzzzzz. La miramos, la agarré de un ala, la puse en el alfeizar de la ventana y se la mostré al peque. Mientras la miraba, la soplé hacia afuera. La vio irse, se dio vuelta, y empezó a señalar.. primero el sitio en el suelo donde estaba, después la ventana, varias veces, gesticulando y parloteando, ta ooo, mamm, baba,, !! es decir, contando su anécdota, contento.




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