jueves, 18 de mayo de 2017

Despertando


Soy Dídac. Me despierto por la mañana, en esta cama de siempre, cubierto a medias por las mantas de colores. Me voy dando cuenta de a poco que los ojos se me abrieron, que hay cosas delante mio y alrededor, que estoy en un lugar calentito y seguro, y me pongo a evaluar la situación. Hay mamá a mano? gateo hasta papá? Vale la pena un lloriqueo o mejor un ho-la!? Normalmente la situación se despeja rápido. Pero ayer todo parecía más lento y nublado. Ah, si! ahora me acuerdo. A mitad de la noche me movieron de lugar... si! nos fuimos a pasear en la furgoneta hasta aquel lugar con los pasitos en el suelo. Yo estaba cómodo en la cama hacia ya mucho rato, pedí un poco de refuerzo lacteo, y mientras mami me daba teta, me rascaba la cabeza. Yo medio me adormecí, con esos mimos. Y lo próximo que me acuerdo es a la señora de la bata con florcitas poniendome unas gotas en la cabeza. Me despegó un bichito patudo, que parecía que se me habia hecho un nido entre los rulos, Jeje, Pobre paparra, a mi no me molestaba nada. Pero los papis me trajeron de nuevo a dormir, triunfantes.
Como sea, todo eso no es lo importante, sino que cuando bajamos del coche, a la vuelta, yo ya me había despejado bien, y pude ver el techo del cielo... de noche bien entrada la noche. CUando siempre duermo, parece que el cielo se queda bien negro, y se llena de puntitos blancos brillantes. Estiré la mano, pero no pude tocar ningún puntito. Llamé a los puntitos.. eeeeh! gritando y llamando, pero ahi se quedaron, titilando. Deben ser de la misma familia que las hojas, que se mueven pero no contestan cuando alguien habla, o de la misma familia que los peces del estanque, que brillan pero no te hacen mucho caso. Tendré que salir a investigar, en cuanto pueda, para descubrir más de la noche y las cosas brillantes.

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