martes, 18 de abril de 2017

Bichos voladores

Hoy estrenamos la puertita que papi puso frente a las escaleras del patio, pasando un rato al aire libre sin que Didac tuviera a su mamá pegada a sus talones. Mientras yo pegaba los recortes en su cuaderno, él jugaba dando vueltas por el patio, intercambiando objetos de recipientes y disputándose la pelotita con Tila. Fue en un entorno así de tranquilo que pude notar una reacción que hasta ahora no le habia visto: miedo. O quizás más bien aprehensión. Fueron dos desencadenantes distintos, que coincidieron en una hora. Y justamente, dos cosas que pasaron volando y zumbando. Primero, un helicóptero, después, un abejorro. En ambos cosas el petit reaccionó igual, miró y corrió hacia mi, se aferró a mi pierna y me pidió upa. Siguió mirando, curioso y más tranquilo, pegadito a mi. Yo soy para él, ahora, la representación de una base segura. Que alegría que las insignificantes amenazas que nos tocan vivir, me dejen a la altura de sus expectativas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario