Aqui estaba el último de los castillos cerrados. En este caso por obras, cosa q supimos después de pafar 2 euritos solo por subir a ver la vista desde la torre. Que va'cer, en todos lados se cuecen habas.
Costumbre del los alrededores, bares que sacan tumbonas al exterior. En este parque. una chica pinchaba música y cantaba encima, un chico animaba a la población infantil con burbujas gigantes. Una tarde apacible en Poznan.
Como frutilla del postre de esta ciudad tan bella, una escultura monumental. Pasa asi despercibida, pero es espectacular.
La última parada fue Berlin, y de ahi, vuelo rumbo a casita, ya con muchas ganas,
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