Voy apuntando en un cuadernillo pequeñas historias que me gustaría escribir. Pasan los meses y el día a día a veces está tan completo que parece un repollo de tiempo, con mil vueltas rellenando cada tramo, con intensidad apretada pero intentando ir de a una por vez, intentando no superponer, no querer pensar en otra cosa mi entras hago lo que hago. El desafío de ir lenta, de priorizar, de seguir pensando que a veces la prioridad es el momento más improductivo en el que me siento a amasar plastilinas con ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario