Amèlia, sus deditos empiezan a tamborilear, a explorar, a asir con fuerza consciente. Atisbando estoy el momento en que estires el brazo, que de momento se topa en su bamboleo con las cosas, y la mano, más atenta, las agarra. La boca, golosa, también busca, chupa, lenguetea. Babitas, babitas.. los baberos no dan abasto, babitas!
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