Mañana cumplís cuatro meses de nacido, Dïdac. Y yo, cuatro meses de mamá, pero todavía no me lo creo. Mi hijito...
Estas disfrutando mucho de tus dos manitos, no solo ya para chupartelas! ahora te aprendiste que podés agarrar cosas, tocarlas, y metertelas en la boca,. mhhh! Hoy te dí para jugar una hoja de col, jeje.
En la isla ya reina el sol, asi que salimos a sentarnos bajo el naranjo, y no te cansas de mirar a Tila, corriendo de punta a punta, persiguiendo su pelota. Había hecho un pozo (de esos que hace para enroscarse fresquita a dormir) justo delante nuestro, y como estabas sin calcetines, por primera vez probamos poner tus piecitos en la tierra. Movías los dedos, creo que te gustó.
Creo que es una cosa hermosa. No se porqué, pero para mi, el recuerdo -o la idea- del contacto con la tierra polvorienta del fondo de mi casa en Caseros, brillando al sol, me inunda de seguridad y calidez, como algo familiar. No es un recuerdo definido, es como los olores, difuso. un pantalón corto un poco roñoso, el perro, los pies sucios, el calor. No es un recuerdo, si no el recuerdo de una sensación, que me alegra la tripa, las entrañas, no la cabeza, que supongo es como se siente la felicidad despreocupada de la infancia.
Mi felicidad ahora no es tan despreocupada. (Pero la agradezco infinitamente). Estoy pensando ya como me va a costar volver a trabajar, aunque pedí la reducción de jornada, y solo voy a ir 2 días por semana, o 3, y solo hasta las 3 de la tarde. Papá va a quedarse con vos, no creo que sería capaz de dejarte en una guardería. No creo, porque aun dejarte con tu pá, me va a costar mucho, Estamos haciendo prácticas: por las mañanas te baja con él a desayunar, a pasear, y te quedás encantado, hasta que te agarra un poco de hambre, o mamitis, quien sabe. Y ahi vengo corriendo. Ay, vamos a ver como va este proceso en un mes más. Mis bomboncitos...
Me alegro de que vivamos en este pueblo, Esporles. Ojalá dure. Mientras tanto, vamos a ir a recibir a las someras cada año, empezando por éste!
Estas disfrutando mucho de tus dos manitos, no solo ya para chupartelas! ahora te aprendiste que podés agarrar cosas, tocarlas, y metertelas en la boca,. mhhh! Hoy te dí para jugar una hoja de col, jeje.
En la isla ya reina el sol, asi que salimos a sentarnos bajo el naranjo, y no te cansas de mirar a Tila, corriendo de punta a punta, persiguiendo su pelota. Había hecho un pozo (de esos que hace para enroscarse fresquita a dormir) justo delante nuestro, y como estabas sin calcetines, por primera vez probamos poner tus piecitos en la tierra. Movías los dedos, creo que te gustó.
Creo que es una cosa hermosa. No se porqué, pero para mi, el recuerdo -o la idea- del contacto con la tierra polvorienta del fondo de mi casa en Caseros, brillando al sol, me inunda de seguridad y calidez, como algo familiar. No es un recuerdo definido, es como los olores, difuso. un pantalón corto un poco roñoso, el perro, los pies sucios, el calor. No es un recuerdo, si no el recuerdo de una sensación, que me alegra la tripa, las entrañas, no la cabeza, que supongo es como se siente la felicidad despreocupada de la infancia.
Mi felicidad ahora no es tan despreocupada. (Pero la agradezco infinitamente). Estoy pensando ya como me va a costar volver a trabajar, aunque pedí la reducción de jornada, y solo voy a ir 2 días por semana, o 3, y solo hasta las 3 de la tarde. Papá va a quedarse con vos, no creo que sería capaz de dejarte en una guardería. No creo, porque aun dejarte con tu pá, me va a costar mucho, Estamos haciendo prácticas: por las mañanas te baja con él a desayunar, a pasear, y te quedás encantado, hasta que te agarra un poco de hambre, o mamitis, quien sabe. Y ahi vengo corriendo. Ay, vamos a ver como va este proceso en un mes más. Mis bomboncitos...
Me alegro de que vivamos en este pueblo, Esporles. Ojalá dure. Mientras tanto, vamos a ir a recibir a las someras cada año, empezando por éste!
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